El coche anunciando la actuación del circo, donde la estrella aparte de los animales y demás, era el gran payaso Mijaíl. Era el mejor payaso del momento y por suerte para la ciudad "La Fortuna" que tenia el lujo de poder ser audiencia para poder admirar su arte.
Como cada noche a las 22:00 horas, después de la actuación del perro que corre con el barril, se escuchaba en toda la carpa " y con todos vosotros, cuando no tenéis ya ganas de reir, llega para que rían hasta tener dolor de barriga; el payaso Mijaíl. Sonaba su peculiar música de trompetas y guitarras eléctricas, que tenia su parecido con la música de Beny Hill. Y entre unos chistes y un par de pasteles en su cara daban comienzo a su actuación
Al finalizar el espectáculo, el payaso volvía a su caravana a descansar para la próxima actuación. Nadie conocía lo que verdaderamente pensaba o vivía Mijaíl, pero nadie se quejaba, nadie se preocupaba por el; mientras funcionara su numero nadie le diría nada.
Ya no tengo nervios por entrar en mi numero, lo he hecho tantas veces que ya me aburre, ya no me motiva. Lo he hecho tantas veces que hasta hay ocasiones donde lo aborresco y quisiera estar en cualquier sitio menos en el centro de la carpa.
Al principio me entusiasmaba el poder hacer reír a la gente, hacer mis tonterías y que las personas disfrutaran de mi actuación, y además me pagaban por mi pasión, así que jamas me queje por falta de sueldo o algo, porque hacia lo que me gustaba
Pero la cosa se empezó a torcer, cuando no tenia ganas de reír yo mismo, o no tenia ganas de ver el sol salir, ese dia tenía que salir igualmente a mi actuación y hacer reír al publico que esa noche se encontrara en esa maldita carpa, que llegué a odiar como a una cárcel. No sabia el porque me tachaban del mejor payaso del mundo, si solo estaba haciendo mi trabajo; que en un principio era mi amor y mi vida
Y así me encontraba dia a dia, noche tras noche, actuación tras actuación haciendo reír a la gente, la monotonía me estaba matando. Había llegado a envejecer mentalmente y tener casi pie y medio fuera del circo pidiendo mi retirada.
No fue así, y no fue así gracias a la risa de un niño pequeño, no mas de 3 añitos, que miraba con admiración, felicidad y confianza. Y lo mejor de todo es que me estaba mirando ami. Hacia no solo reír a la gente, sino que les quitaba los problemas a la gente y por ese momento eran felices completamente.
Aunque vivas en la mayor monotonía que puedas encontrar, mira los pequeños detalles, que te demostrarán que ningún día es igual al anterior. Y que la vida es el mayor regalo que nadie te pueda regalar. Disfruta de tu vida dia a dia, hora a hora, minuto a minuto, porque ninguno sera igual al anterior. Siempre encontraras en el camino piedras cada vez mas grandes que te harán pensar volver atrás, pero también encontraras ayudas para poder saltar o rodear esas piedras para que sigas disfrutando.
Me ha gustado que se pongan tantos detalles (la canción de Beny Hill, por ejemplo). La verdad es que está bien, vas mejorando, ¡tú sigue dándole al teclado!
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