Entre tanto alboroto consigo sacar una palabra en claro: Ruido.

Estamos en el año 2111 -Quién se iba a imaginar que viviríamos tantos años después de las predicciones mayas, ¡eh! -y se podría decir que el silencio se disipó un siglo atrás. Aún recuerdo a mi abuela hablar de lo que era pero no hay memoria que pueda llegar a plasmar lo que la experiencia enseña. Aunque la definición es muy sencilla, me es imposible comprender lo que corresponde al antónimo del vocablo ruido: ningún zumbido, ningún estruendo, ningún grito, nada de música...
¡No! Hasta esbozar la eliminación de cada elemento que produce algún tipo de vibración o sonido me resulta complejo. No puedo quitar el tic-tac de mi reloj mientras marca la hora permitiéndome no llegar tarde a estudiar. No puedo desvanecer el canto del ruiseñor que se haya en mi cuarto tambaleándose y cantando para agradecer al Sol el calor que éste le otorga. Vamos, ¡qué grosería!. No puedo parar los latidos de mi corazón cuando me hallo en la cama a punto de acostarme, moriría. Por muy innecesario que parezca, todo se ha vuelto necesario.
Y es que como dijo el filósofo Marx, parece que me he alienado.
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Foto de Álvaro, Moabdib.
Bienvenida, Vanessa. Interesante tus reflexiones. Hay también una acepción de ruido como cualquier sonido no deseado (por muy entendible que sea), aunque sea la mejor canción, la mejor música, la mejor poesía recitada, siempre que no desee recibir en ese momento ese sonido/mensaje. El mejor ejemplo de esta acepción de ruido la recoge el maestro (y canalla) Sabina en una canción más que recomendable:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=_qJ-8VweVrg
Como dice, cuando todo se acaba sólo queda el ruido, y hay veces que es justamente el silencio la mayor distorsión para el devenir de algo (una relación, una conversación...) y es en se momento cuando el silencio se convierte paradójicamente en el mayor de los ruidos.